CREACION DE PUNTA DEL ICEBERG

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jueves, 25 de noviembre de 2010

LOS NUEVOS HECHOS NECESITAN NUEVOS RELATOS

CADENAS MENTALES

Vivimos un tiempo trascendente. En alguna medida una época fundacional. En que las teorías están desbordadas y los manuales no se han escrito. Todavía.
Con mi amigo Mario Sadras planteamos la incógnita desde los micrófonos de “La pichana”, coincidimos en que hay que encontrarle un nombre a los acontecimientos que estamos produciendo como Nación. Porque “revolución” no le alcanza. Tal vez pueda contenerla.
¿Qué nombre le ponemos a esto maravilloso que estamos viviendo?
Porque desde Mayo de 2003 estamos recuperando lo mejor de nuestras tradiciones políticas, culturales y sociales.
Recuperamos valores, banderas de lucha, autoestima, dignidad, memoria, nuestros símbolos patrios.
A la vez, rara paradoja, a medida que avanzamos, y vamos escribiendo la historia, son otras las palabras que necesitamos para nombrar los hechos producidos.
La misma noción de Patria es diferente.
En este punto, nos encontramos con periodistas, analistas y comunicadores que no pueden salir del preconcepto cultural de las frases hechas, y conceptos acuñados por la corporación mediática que sigue manipulando conciencias.
¿Qué pasa con los “analistas”?
¿No pueden romper el cerco mental de los conceptos diseminados por el sistema de poder, hoy con la cara del grupo Clarín?
¿O acaso serán la “renovación” del “periodismo independiente”? 
Gatopardismo de la información.
Tomo un ejemplo: “…sin abjurar de su peronismo, Cristina Fernández siempre guardó fuertes críticas para el aparato justicialista, al que despectivamente denominó miles de veces, pejotismo” (Revista “Debate” Luis Tonelli)
¿De qué otra manera se podría llamar a una estructura partidaria armada por Carlos Saúl y Duhalde?
No es necesario abjurar del peronismo para criticar “ese” pejotismo.
Esa manera de “hacer política” es la que critica la presidenta Cristina Fernández y criticamos los peronistas. Porque desde la estructura partidaria de “ese” pejotismo se avalaron políticas que avasallaron derechos de los trabajadores, que dejaron de lado la soberanía política, la independencia económica y la justicia social y los derechos humanos. Por esas razones “ese” pejotismo, hoy encolumnado en lo que llaman “peronismo disidente” NO ES PERONISMO.
En esa misma línea de razonamiento el columnista intenta poner del mismo lado del pejotismo a Hugo Moyano y por lógica transición enfrentado a la presidenta.
Argumento calcado de los medios hegemónicos socios del genocidio.
No es necesario recordar que Hugo Moyano desde el MTA tuvo un enfrentamiento sin dobleces en contra de las políticas antisociales de los 90. Y que hoy defiende el proyecto iniciado en Mayo de 2003.
Parece mentira que en estos tiempos de tanta riqueza y variedad de acontecimientos. De tantas modificaciones y cambios necesarios para beneficio de la sociedad en general, algunos “analistas” sigan utilizando esquemas de pensamiento, de reflexión que los mismos hechos analizados superan holgadamente.
¿No será hora de acuñar nuevas perspectivas, nacidas de esta cambiante y rica realidad? ¿Nuevas formas de abordaje?
Desarticular las viejas formas mentales que nos fueron impuestas por el innegable colonialismo cultural al que fuimos sometidos desde nuestro nacimiento como Nación. Y alumbrar entonces una nueva teoría que necesariamente deberá nacer de nuestra propia realidad. Para nombrar estos sucesos que de manera cotidiana nos van llevando en el rumbo de lo que llamaríamos “revolución” si no fuéramos capaces de romper nuestras cadenas mentales.

Daniel Mojica






martes, 23 de noviembre de 2010

APORTAR CONFUSION ES OTRA MANERA DE OCULTAR LA REALIDAD

ANALISTAS CENTRIFUGOS

En el contexto de esta batalla por el sentido en la interpretación de la realidad y teniendo en cuenta los diferentes relatos pergeñados por el sistema de poder mediático, que apuntan ya no sólo a tergiversar, sino a construir una realidad de fantasía. O acorde a sus deseos. La tarea de los periodistas, comunicadores y analistas de cualquier medio de comunicación, adquiere mayor relevancia.
Precisamente por esta importancia y por el contexto antes mencionado, es que dichos profesionales no deben ser portadores de confusión. Ya sea por aportar datos erróneos, o por abrevar en fuentes que analizan nuestra realidad nacional con estructuras de análisis y/o parámetros de tal generalidad que no rozan siquiera la raíz de nuestras verdaderas tribulaciones como Nación.
Existen lúcidos escritores que han aportado luz a nuestra realidad, por haberla acompañado desde sus mismas entrañas. Incluso, alguno de ellos han debido rendir sus teóricos preconceptos académicos, a la irrefutable contundencia de la realidad. Que aún sigue siendo la única verdad.
Para luego, desde ese reacomodamiento, que tiene mucho de honestidad intelectual y de humildad, describir con pasión y sensibilidad los hechos de nuestra historia. Pasada y reciente.
Sin agotar la lista podemos citar a Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Norberto Galasso, Nicolás Casullo, J.J. Hernández Arregui, José María Rosa, “Pacho” O’Donnel.
Hecho este preámbulo, que considero necesario para comprender lo que sigue, me adentro en algunos aspectos de una nota de opinión aparecida en el diario “Página 12” del día Domingo 21/11/10 y que se titula “Argentina centrífuga” escrita por el periodista José Natanson.
Allí, el periodista trata de analizar los hechos que desembocaron en la no aprobación de la Ley de Presupuesto Nacional, en la Cámara de Diputados de la Nación. Y se hace la siguiente pregunta “…Por qué un acto administrativo normal espiraliza en un crescendo de insultos, acusaciones políticas y sospechas penales, generando espacios de bloqueo?”.
Para cualquier observador atento de la realidad la respuesta sería PORQUE ES UNA LUCHA POR EL PODER. Que es la lucha que se viene manifestando desde la votación de la resolución 125 hasta la actualidad.
Pero el autor de la nota se mete en un laberinto de autores que desde la ciencia política tratan de dar explicaciones “institucionales”. Citando libros, tal vez prestigiosos, se interna en dilucidar si “presidencialismo o parlamentarismo”.

Para complejizar más el tema incursiona en otro trabajo “Presidencialismo, multipartidismo y democracia: la difícil combinación” en donde refutan de alguna manera lo que sostenían autores citados previamente en la nota.
Más adelante, quizás queriendo aclarar, cita a un autor que escribió “La socialdemocracia criolla” y a modo de conclusión dice, el autor de la nota, “El sistema político argentino parece bastante alejado de estos modelos ideales (ningún país se ajusta plenamente, pero algunos –Uruguay, Costa Rica- se acercan más)”.
Pues, en esta última frase, es en la que me apoyo desde el inicio de mi nota.
Porque no se puede analizar, mirar, escrutar nuestra realidad, y entenderla con ojos ajenos.
Espero que esa frase escrita por al autor de la nota que comento, le sirva de puente para transitar nuestra compleja y apasionante realidad sin anteojos prestados.
En tanto nos diluyamos en sesudos estudios realizados que nos alejan de nuestra realidad histórica y presente con modelos que no encajan ni encajarán en nuestra realidad, en el mejor de los casos, sólo se aporta confusión. Que también es una manera de ocultar.
Citó a numerosos autores, diferentes trabajos de la ciencia política y no respondió la pregunta que él mismo se formula “¿Por qué un acto administrativo normal espiraliza en un crescendo de insultos, acusaciones políticas y sospechas penales, generando escenarios de bloqueo?”
Porque es una lucha por el poder, José. Porque es una lucha por el poder.

Daniel Mojica


lunes, 15 de noviembre de 2010

SORPRESAS DE ALGUNAS NOTAS PERIODISTICAS

¿DESINFORMACION O CONDICIONAMIENTO CULTURAL?

No es la primera vez, que en una nota del periodista José Natanson, me sorprendo con datos que no se ajustan a la realidad descripta.
La primera sorpresa, fue al leer una nota donde se compara y analiza a las juventudes de los 70 con la actual. Allí suscribe una apreciación del escritor Sergio Balardini, quien habla de una “dimensión trágica” y de “falta de alegría” en aquella juventud (entre otras cosas) a diferencia de la juventud actual.
Como integrante de aquella juventud, me sentí interpelado por esa nota e hice llegar mi opinión al medio que la publicó. No obtuve respuesta ni acuse de recibo.
La segunda sorpresa sobrevino en una nota posterior, y fue mayor. Ya que en la misma afirmaba como un signo distintivo del ex presidente Raúl Alfonsín “no haber negociado con los militares”. No sólo es un dato erróneo, sino una flagrante mentira, que la misma historia desmiente.
Esta nota también tuvo mi réplica. Otra vez sin respuesta ni acuse de recibo.
Ayer, leo en el diario “Página 12” del 14/11 una nota del mismo periodista que titula: “Kirchner y la historia (segunda parte)”
Transcribo “…Kirchner llegó al poder también como promesa de continuidad del interregno duhaldista…”
Me pregunto ¿promesa de quien?
Más adelante afirma “…el kirchnerismo forma parte de una tendencia de giro a la izquierda que hoy cruza a casi toda Sudamérica y que como suele ocurrir con este tipo de cambios profundos, tiene causas…estructurales: la caída del Muro de Berlín, por ejemplo, eliminó la competencia bipolar y el peligro del avance del comunismo, lo que llevó a EE.UU. a admitir en su patio trasero, gobiernos que en el pasado hubiera bloqueado por vía de la desestabilización o el simple golpe de estado…”
Como primera observación: seguir llamando a América del Sur “patio trasero de EE. UU:” es una muestra de colonialismo cultural degradante. Al igual que el uso del verbo “admitir”, pues lleva implícita una solicitud de permiso al imperio por parte de los gobiernos involucrados.
Luego, atribuir a la caída del muro de Berlín el surgimiento y mantenimiento de los gobiernos  de la UNASUR, además de un reduccionismo inaceptable, es infantil como argumento. Es como aceptar el fin de la historia y la muerte de las ideologías.
Agrego que esa argumentación ignora el contexto internacional no latinoamericano (Paquistán, Afganistán, Irak, Medio Oriente) como fuerte condicionante de la política exterior de EE. UU.
También deja de lado la voluntad de los pueblos que votaron a esos gobiernos, y la decisión política de los gobernantes elegidos.
Creo que debemos ser más cuidadosos al difundir información en los medios.
Por lo menos verificar el contexto histórico y la certeza de los datos a exponer.
Porque, para tergiversaciones, falacias y mentiras, ya están los periodista y comunicadores del grupo Clarín.

PD: Me parece que no debemos esperar la plena vigencia de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, para que los lectores seamos tenidos en cuenta en nuestras observaciones. O acaso los debates (cuando milagrosamente suceden) serán siempre entre personajes con algún tipo de visibilización pública.
¿Esto no es mantenerse dentro de las reglas de juego que impuso el sistema de poder?
¿Sólo los "famosos" tienen entidad para poner en cuestión argumentos y opiniones?
Hemos militado para que todos tengamos voz, pero también para que esa voz sea oída y difundida.

Daniel Mojica
Integrante de la Comisión de Medios "Nicolás Casullo" en Carta Abierta
Co-conductor del programa "La pichana" http://www.radiografica.org.ar/

viernes, 12 de noviembre de 2010

COMO LECTOR, ANTE MI RECLAMO, OBTUVE SILENCIO (SOBRE LA NOTA DE JOSE NATANSON EN REVISTA "23")

EL LECTOR Y LA INFORMACION

Mientras esperamos la plena aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, por la cual hemos militado con fervor, surgen interrogantes.
Con seguridad, a medida que se avance con su implementación, esos interrogantes se irán llenando de certezas.
Bienvenida, será entonces, la pluralidad de voces, las diferentes opiniones y miradas sobre nuestra apasionante realidad.
Ahora, como receptor del cúmulo de información que me llega a través de los diversos medios. Que trato de desentrañar desde mi propia perspectiva, una duda asoma. Urticante, como debe ser toda duda.
¿Cómo hace un lector, por ejemplo, ante una información errónea, o que ante los hechos que describe la misma, surgen inexactitudes evidentes?
Este lector, ante la constatación de la equivocación de esa información, envía una carta al medio en cuestión, haciendo notar esas anomalías.
Como respuesta sólo encuentra silencio. Ni siquiera el acuse de recibo del reclamo.
¿Qué camino debe recorrer este anónimo receptor de la información equivocada? Teniendo en cuenta que esa información ha circulado en un medio por el cual llega a otros miles de anónimos.
¿Cómo se articula en este caso la pluralidad de voces, el derecho del habitante de esta nación a una información veraz? Si su mirada sobre el hecho en cuestión no es visibilizada por el mismo periodista y/o medio que hizo circular la mencionada información.
Es una inquietud que dejo planteada ante una circunstancia personal vivida recientemente, en referencia al tema que estoy tratando.
Tal vez sólo sea una cuestión de falta de tiempo para responder al planteo que hice a un medio, en referencia a una nota de un joven periodista.
Pero la duda, más allá de esta cuestión personal, es pertinente.

Daniel Mojica
(Integrante de la Comisión de Medios “Nicolás Casullo” en Carta Abierta,
 Co- conductor del programa “La pichana” http://www.radiografica.org.ar/)

martes, 9 de noviembre de 2010

NO PODEMOS CONFUNDIRNOS DE ESTA MANERA

COMENTARIOS SOBRE LA NOTA “SIGNO DE LOS TIEMPOS”
(POR JOSE NATANSON- REVISTA “23” EDICION HOMENAJE)

Partiendo de la premisa básica de la subjetividad personal de quien ofrece su opinión y de que no existen verdades absolutas. Quiero hacer notar lo que considero imprecisiones, no menores, desde mi óptica.
Comparto en líneas generales la identificación que hace el autor de la nota sobre los “ciclos largos” desde la recuperación de las instituciones. También la caracterización acerca de los políticos y su “capacidad para sintonizar con una cierta etapa histórica”.
Luego agrega “Raúl Alfonsín fue el primer político de primer nivel que entendió que el fin de la dictadura no implicaba una oscilación más del péndulo cívico-militar…y que estábamos ante un ciclo nuevo…”
Hasta ahí no puedo menos que darle la derecha al periodista.
Sigue la nota ”…tras oponerse (R. Alfonsín)  a la guerra de Malvinas y descartar cualquier tipo de negociación con los militares…”
Me pregunto ¿cómo se puede afirmar con seriedad que Raúl Alfonsín descartó “cualquier tipo de negociación con los militares?
Nos olvidamos del “Felices Pascuas. La casa está en orden”
Nos olvidamos de las leyes de Punto final y de Obediencia debida.
Si eso no significó “negociación con los militares” ¿qué fue?
Aclaración: puedo entender que al autor de la nota que menciono, la admiración sobre el personaje Raúl Alfonsín, le haga perder el rigor histórico en la evaluación de esas circunstancias.
Pero si esto es así no puedo entender lo siguiente que leo más adelante.
Hablando de Carlos Saúl dice que “…llegó a la conclusión que debía instalar un modelo nuevo, que no pasaba por la aceptación de la democracia (que no se discutía) o la justicia social (que se supeditaba al crecimiento), sino por la necesidad de lograr una normalización económica permanente como condición imprescindible para el desarrollo. C.Saúl ubicó a la estabilidad en el centro de su gobierno, y a partir de ahí, la necesidad de avanzar en la modernización del país y construir un nuevo esquema en la gestión del estado”.
¿Quién puede afirmar que ese personaje siniestro quiso normalizar la economía? ¿O que para él “la justicia social se supeditaba al crecimiento”?
Acaso no eran los tiempos de llenar la copa para esperar el derrame. Que jamás llegó.
“…ubicó la estabilidad en el centro de su gobierno…”
¿Se puede llamar estabilidad a un esquema que cierra empresas, despide trabajadores y genera una desocupación galopante?
De verdad alguien puede pensar que quiso “construir un nuevo esquema en la gestión del estado”. Cuando en realidad vino a destruirlo y ponerlo bajo la supervisión de las multinacionales a las que regaló las empresas de todos los argentinos.
Supeditando además los posibles reclamos a los tribunales internacionales de justicia, renunciando expresamente a la justicia argentina. Justicia argentina que además tenía una corte adicta al poder ejecutivo.
Quiero expresar que con mi mejor buena voluntad no puedo entender ese análisis.
Tal vez sea un error de edición de la nota o una mala compaginación.
Prefiero pensar eso, porque respeto a José Natanson.
Me gustaría recibir una aclaración.

Me disculpo si cierta vehemencia tiñe alguna frase. No está en mi ánimo ofender, sólo dejar sentada mi perplejidad ante semejantes afirmaciones vertidas por una persona que respeto intelectualmente.

Daniel Mojica




http://www.cuestioncultural.blogspot.com/