UN MODELO DE PAIS QUE CONTRASTA CON EL QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO
Hay hechos que ponen en evidencia lo que, a veces, las palabras de ciertos dirigentes no nombran, los titulares de ciertos diarios ocultan o tergiversan. Circunstancias que son manipuladas por los comunicadores del sistema de poder.
Estos hechos clarifican el modelo de país que anhelan todos aquellos que no se animan a ponerlo en palabras. Porque como bien lo manifestara quien ha leído todos los libros de Sócrates, “si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”.
El modelo de país que proponen las corporaciones, sin enunciarlo, por la simple prepotencia del hecho consumado tiene las características que van saliendo a la luz: trabajo esclavo (en diferentes rubros, textiles, agropecuarios); evasión impositiva; degradación de los servicios públicos privatizados (Edesur, por ejemplo); tercerización en otros rubros, con la consiguiente degradación del trabajador y de las condiciones laborales.
Para sostener semejante “modelo” es imprescindible: 1) la represión de la protesta social (que nos lleva de manera irremediable a un pasado que los juicios a los genocidas, aunque de manera lenta, van camino a reparar); 2) el acompañamiento mediático de quienes comparten ese modelo de país y que han sido cómplices y socios del genocidio; 3) la complicidad de la dirigencia sindical que siempre ha acompañado las políticas en contra de los trabajadores y que se ha acomodado a las diferentes dictaduras (hoy, casi todos ellos enrolados en la CGT azul y blanca que conduce José Luis Barrionuevo.
La prueba piloto la están llevando a cabo en la ciudad autónoma de buenos aires, con un jefe de gobierno que no pasaría un simple análisis preocupacional para un puesto de mediana responsabilidad.
¿Acaso alguien piensa que es casualidad la deferencia con que es tratado por los “periodistas cautivos” de los medios hegemónicos?
¿A que otro dirigente político en funciones de gobierno que fuera sospechado de tantos ilícitos, y estando procesado por alguno de ellos, lo tratan tan bien desde los diferentes estamentos del sistema de poder?
Hay un elemento más a considerar y que siembra confusión en algunas franjas juveniles, cuya natural rebeldía es canalizada para servir a los fines del mismo sistema de poder que “enuncian” combatir. Es el rol de cierta izquierda que se pregona como “obrera” o “trabajadora” pero que acciona claramente en contra de la gran mayoría de obreros y trabajadores que, como se demuestra en cada acto realizado por las centrales que los representan, apoyan de manera clara y contundente el proyecto nacional y popular iniciado en Mayo de 2003 y que hoy conduce Cristina Fernández de Kirchner.
Vivimos un tiempo maravilloso, porque las máscaras que ocultaban estas realidades que los hechos nombrados ponen de manifiesto, hace que podamos ver los verdaderos rostros de quienes se oponen al proyecto de país que estamos construyendo, donde la soberanía política, la independencia económica, la justicia social y la integración latinoamericana son cada vez más realidad y menos sueño.
Este tiempo presente que vivimos y que es la antesala del futuro que pretendemos, tenemos que defenderlo.
De quienes pretenden arrasar todas y cada una de las conquistas conseguidas por el conjunto desde mayo de 2003 a la fecha.
Estos personajes, tienen nombre y apellido, y tienen en común que responden a la conducción de Héctor Magneto. Son: Eduardo Duhalde, Mauricio Macri, Elisa Carrió, Patricia Bullrich, Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Julio Cobos, Ricardo Alfonsín, Francisco De Narváez, “pino” Solanas, y la dirigencia de esa “izquierda extraviada” sin remedio (PO, MST, y otros sellos similares, que son funcionales de manera conciente o no)
Se viene un 2011, en el que, está visto, el sistema de poder no se va a quedar quieto ante la posibilidad de que el proyecto nacional y popular que encarna el actual gobierno sea plebiscitado mayoritariamente en octubre. Por eso las operaciones desestabilizadoras se irán sucediendo.
Tengamos claro no caer en las provocaciones. Mantengamos el estado de alerta y movilicemos sólo cuando la conducción lo requiera.
Daniel Mojica
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