PERIODISMO, MILITANCIA, COMPROMISO.
IDEOLOGIA Y PODER.
“…El periodismo debe ser un moscardón en la oreja del poder…”
(Frase atribuida a Gabriel García Márquez)
Hay un hecho trascendente en este maravilloso presente que estamos construyendo: se está debatiendo acerca del PODER.
No es un tema menor. Sobre todo teniendo en cuenta que desde que recuperamos la democracia en 1983, el PODER nunca fue cuestionado.
Ergo, el debate no existió.
Existe una cierta tradición “infantilista” en la autóctona izquierda (a la que yo califico “extraviada sin remedio”) Esa tradición es la de “confundir” al poder con el gobierno, democráticamente elegido. Tener en cuenta esta última consideración: democráticamente elegido.
Esa “confusión” ha sido y es funcional a las corporaciones patronales, financieras, eclesiásticas y mediáticas (estas, hegemonizada por el Cártel Clarín) que juntas conforman el sistema de poder vigente. “Confusión” que les ha permitido, hasta ahora, esconderse y mimetizarse entre los pliegues de tanto discurso, información sesgada, y tergiversaciones varias manipuladas certeramente por los diversos canales de difusión, de la corporación mediática, precisamente.
Si hay algo que exaspera al sistema de poder (o sea a las diferentes corporaciones) es que el ESTADO (los más de 40 millones de argentinos) mediante el gobierno democráticamente elegido (el pueblo mediante elecciones efectúa una delegación de su poder, al gobierno que elige) CONTROLE y REGULE las diferentes relaciones que se establecen en una sociedad.
Por tal razón, no es casual que cada uno de los derrocamientos de gobiernos democráticos, utilizando la técnica del golpe de estado, hayan sido pergeñados SIEMPRE por alguna de las corporaciones (sistema de poder).
Tampoco es casual que una de las primeras medidas de esas dictaduras sea cerrar el Congreso Nacional y “gobernar” de acuerdo a los intereses económicos que van en contra de las mayorías (que eligieron al gobierno derrocado)
No por casualidad, a aquella “izquierda extraviada” a la que mencioné más arriba, tampoco le gustan las REGLAS de juego de la DEMOCRACIA.
Porque de acuerdo a esas reglas que las mayorías van adecuando a cada época, saben que, si no modifican su visión cerrada, maniquea, y tal vez, conductista (porque deben seguir al pie de la letra la construcción de la perfecta revolución, descrita en sus añejos manuales, que nunca han tenido en cuenta la realidad nacional) digo, si no modifican su esquematismo, el voto mayoritario les seguirá siendo esquivo.
Aquí es donde se encuentra otra coincidencia entre el sistema de poder, que esa izquierda dice combatir (cuando ataca al gobierno democráticamente elegido) y la derecha (integrada por diversos dirigentes, comunicadores, periodistas, obispos y etcéteras que representan y/o defienden al sistema de poder) que ataca al gobierno porque no quiere que el ESTADO controle, regule, equilibre, las relaciones asimétricas entre los diferentes actores sociales.
Entonces ¿de qué hablamos, cuando hablamos de PODER?
Por acá es donde se inmiscuye la “ideología”. Palabreja que quisieron dar por muerta en la nefasta década del 90.
Desde algunos sectores se habla de la ideología como si fuera una enfermedad, de la que hay que curarse. No es casual, tampoco que los sectores que así lo expresan, sean, en la mayoría, los mismos que se han beneficiado históricamente con todas las dictaduras.
Para los que denostan la “ideología” el PODER lo tiene el gobierno democráticamente elegido. Así, cada una de las medidas que el gobierno tome en beneficio de las mayorías, todas las ampliaciones de derechos para las minorías, todas las conquistas laborales de los trabajadores; y también toda medida que recorte privilegios o pretenda acabar con las diferentes impunidades históricas (ejemplo: el trabajo esclavo en diferentes áreas) serán vistas como ABUSO DE PODER y ocuparán las primeras planas de diarios (hegemónicos) recorrerán todas las cámaras y micrófonos de los que el sistema de poder dispone para desgastar al gobierno.
En todo caso, un gobierno democráticamente elegido, tiene la autoridad de origen que le da el respaldo popular. Luego, gracias a ese respaldo y apoyado en él, si realmente pretende responder a ese mandato popular, tiene la OBLIGACION de construir PODER para llevar adelante las propuestas que han sido votadas.
Esto es, precisamente, lo que ha hecho Néstor Kirchner a partir de mayo de 2003 y que hoy continúa realizando Cristina Fernández de Kirchner.
¿Por qué entonces, se “crispan” tanto las corporaciones, los dirigentes que quieren vivir a su sombra, los “periodistas independientes y cautivos” y tanto “progre” devaluado?
Porque ningún gobierno democrático desde 1983 hasta Mayo de 2003, quiso salirse del condicionamiento que las corporaciones impusieron a la democracia nacional. Sea por temor o por conveniencia/convicción.
Ese y no otro es el PODER que está en cuestión.
En buena hora que el debate discurra por esos carriles.
Va siendo tiempo, que como pueblo seamos concientes del poder que tenemos y ejercerlo en plenitud.
Para eso debemos construir las necesarias herramientas políticas, que nos permitan consolidar el actual proyecto y avanzar en la profundización del mismo.
Daniel Mojica
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