CONTRA HEBE APUNTAN LOS SOCIOS DE LOS GENOCIDAS
No hace falta ser muy inteligente para entender la esencia de las “denuncias” contra Sergio Schoklender.
Lo que pretenden quienes fueron socios y cómplices de los genocidas civiles y militares, esto es quienes se quedaron con Papel Prensa y sus esbirros a sueldo es ensuciar la lucha de las Madres.
Como no tienen argumentos ni candidatos se dedican a revolear denuncias, a tergiversar noticias y a mentir de manera descarada.
¿Hasta dónde es elástica la conciencia de quienes participan del proceso informativo en los medios del Cártel Clarín, de La Nación y sus cientos de repetidoras audiovisuales?
¿Tendrán conciencia?
Ya no les alcanza con las operaciones contra la presidenta y los funcionarios del gobierno nacional.
Es hasta cierto punto comprensible esta beligerancia en Magneto, Ernestina Herrera y los dueños de La Nación, porque cuando la justicia sortee todos los obstáculos que le ponen ciertos jueces y fiscales cómplices de los socios del genocidio, les espera no sólo la cárcel. Sino la condena social, que de algún modo ya perciben.
Es comprensible, digo, que no justificable, porque le han “declarado la guerra al gobierno”. Y como demuestra cada vez que lo cree necesario el novel premio Nobel de la paz, en la guerra todo vale.
Otra vez, se impone la premisa de los impunes “el fin justifica los medios”.
Los capos del monopolio informativo eligen las posibles “víctimas”. Los que disparan son los “flojos de conciencia” o los que la entregaron a cambio de vaya a saber qué.
Pero se equivocan.
Hebe, es la lucha por la dignidad, la memoria y la justicia.
Hebe, es la madre de todos quienes somos hermanos de nuestros treinta mil. Y a una madre, se la defiende con todo lo que tengamos a mano.
Ahora, que tengamos claro esto, no significa que vamos a entrar en el juego de la provocación que proponen quienes se beneficiaron siempre con la explotación.
¿Saben por qué?
Porque estamos construyendo el camino hacia la liberación nacional y nada nos va a desviar de esta senda que tanto nos costó recuperar.
Pero sepan, que estamos preparados.
Daniel Mojica
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