LIBIA: LA OTAN DERROTA A LA HUMANIDAD
Mientras los organismos internacionales no se dan por enterados, hombres, mujeres y niños son masacrados. Seres humanos. No importa su nacionalidad.
Mientras La Corte Internacional de La Haya , en la investidura del doctor Luis Moreno Ocampo, pide la captura del presidente de Libia. Por los mismos hechos que el Imperio que maneja la OTAN , realiza en cualquier lugar del mundo cada vez que su economía tiembla, producto de su propia estructura. Porque es una economía basada en la industria bélica. Tal como lo puso en palabras el ex presidente Bush (h) en una charla con Néstor Kirchner, cuya idea central era: EE.UU. ha crecido económicamente gracias a las guerras.
¿Cuántos Holocaustos más seremos capaces de tolerar?
¿Quién se atreve a decir que no lo han sido: Vietnam, Granada, Irak, Pakistán, Afganistán? Sólo recordar la cantidad de países invadidos y los pueblos masacrados produce escalofríos.
Sin embargo, el doctor Luis Moreno Ocampo va detrás de Mubarak, de Kadafi. Tal vez sería más conveniente a los intereses que representa, que pida la captura internacional de todos los pueblos que se oponen a la opresión, a la injusticia, a que los asesinen sin piedad. Así los genocidios que silencian los organismos internacionales creados para sostener la paz mundial, estarían justificados ¿cómo van a oponerse los pueblos a ser asesinados a mansalva por haber tenido como gobernantes a quienes esos mismos asesinos se aliaron en el pasado?
¿Acaso los dirigentes del mundo son tan ciegos como los aviones que siembran bombas, solo para que se vuelvan a fabricar?
¿Para cuando la rebelión de los científicos que inventan máquinas de asesinar cada vez más sofisticadas?
¿Acaso han perdido por completo la conciencia humana?
¿Cuál es la cantidad de dinero que satisfaga su ambición?
Va siendo hora que cambiemos esas estructuras que consienten crímenes y pongamos seres humanos al frente de ellas. Basta de burócratas que responden a control remoto en defensa de intereses ajenos a los pueblos.
Basta de la hipocresía de declaraciones vacías que no frenan guerras ni impiden muertes.
¡Cuánto dolor ante tanta muerte por intereses y tanto silencio!
Daniel Mojica
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