SANGRAN POR DONDE PUEDEN O SIGAMOS TRATANDO DE CONFUNIR
Al leer la última nota de Ernesto TNembaum y darme cuenta que en casi la mitad de ella habla de dios, aunque se asume como agnóstico, pienso que hay mucho material para análisis.
Pero como en la maraña se esconden otras cosas, voy a escribir sobre esas otras cosas.
Este periodista independiente, como casi todos los que reciben su sueldo del Cártel Clarín y sus no hegemónicas 260 repetidoras en todo el país se han pasado casi todos los días desde mayo de 2003 hasta el 14/8 negando la esencia peronista del kirchnerismo.
Ahora, resulta que en las elecciones primarias que la presidenta ganó con más del 50% de los votos le suman los votos del “peornismo” (permiso H. Verbitzky) opositor. Para habilitar los conceptos que más adelante rebatiré.
Aquellos que se ponen la camiseta peronista, defienden y defendieron la orgía neoliberal y anunciaron que el kirchnerismo estaba acabado, se quitan el saco y se muestran en mangas de camisa NO SON PERONISTAS. Ni lo fueron cuando gobernaron porque pisotearon las históricas banderas que definen al peronismo: Soberanía política, independencia económica y justicia social. Además tomaron medidas en contra de la clase trabajadora, columna del movimiento nacional, del cual el peronismo es su esqueleto.
Paso a la refutación.
Este periodista independiente de la realidad, usa ese argumento para sostener que en la Argentina hay un partido único (concepto que sirve a la operación mediática de querer transformar las elecciones del 23/10 en “legislativas”)
Para sostenerlo se basa en una mentira “…En la Argentina hay un solo partido que llega hasta el último rincón del país, que tiene concejales, diputados provinciales, legisladores nacionales, intendentes, gobernadores…”
Basta con leer el Clarín, para darse cuenta de la mentira.
Luego le confiere “capacidad de liderazgo, resistencia y audacia al matrimonio Kirchner…y de Cristina Fernández luego de su viudez…” “…Si se suman…bonanza económica y partido único está claro que el punto de partida otorga una ventaja notable para el oficialismo…”
Ernesto, la “bonanza económica” es producto de las medidas implementadas desde Mayo de 2003.
Más adelante con su cinismo marca registrada escribe: “…Un peronista dirá: es que los días felices, fueron son y serán peronistas. Es tan cierto como que también lo fueron algunos de los más tristes, a mediados de los años setenta y, ni que hablar, en los noventa”.
No voy a hablar de mala leche, aunque se note la nata, porque no sería prudente.
Sigue “Pero siempre, siempre está el peronismo, en su versión más tradicional, más progre, más liberal, más oscura, más transgresora, o incluso más “Pro”.”
“Ningún humano ha conseguido explicar cabalmente por qué esto es así. Por eso, la explicación debe ser sobrenatural” (Acá vuelve a su obsesión divina)
Me tienta corregir este último concepto y cambiar “ningún humano” por ningún gorila. Pero me freno.
Tal vez tengas poca edad y te contaron mal lo de la década del 70. Voy a tratar de explicar estos últimos tres párrafos con una reflexión.
En los 70 estábamos volviendo a construir la felicidad peronista, pero vinieron los genocidas cívicos, militares y mediáticos a arrasar con la alegría.
Como en ese tiempo no pudieron acabar con los logros peronistas del primer y segundo gobierno de Perón, se valieron del rubio y de ojos celestes Carlos Saúl I, para terminar con el trabajo sucio comenzado con el Rodrigazo en 1975. Este engendro que tenía como tarea hacer con el peronismo, lo mismo que Alvear hizo con el radicalismo, les sirvió a mucho periodismo hoy independiente para “ser progresista”.
Por eso “ningún…” periodista independiente “ha conseguido explicar cabalmente por qué esto es así…”
Esto, es así porque hay dos proyectos de país.
El que quiere que los días sean felices para el pueblo (sean peronistas o no) y el de los que quieren impedirlo.
Por eso siempre está y estará el peronismo, para defender y reconstruir la felicidad popular.
Aunque haya humanos…que no lo entiendan.
Daniel Mojica
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