EL SOFISTA DEL CARTEL CLARIN
Algunos compañeros, cuando leen estas notas me dicen “otra vez te la agarraste con TNembaum” y yo les contesto que no puedo dejar pasar semejantes tergiversaciones, tamañas manipulaciones de la realidad. Aunque soy conciente que mi llegada es mínima con respecto a las del personaje en cuestión.
Pero ¿saben qué? No es un tema de cuantos puedan leer mis parrafadas. Se trata simplemente de un ejercicio de oxigenación mental. No se puede leer las cínicas líneas cargadas de mala leche y permanecer indiferente. Aunque sea ante mí mismo, necesito responderle a este mercenario de la información.
Porque sólo un mercenario puede escribir “Entre los periodistas que intentan mantener la mayor independencia –de los gobiernos, de los avisadores, de la presión del rating, de las empresas en que trabajan- y aquellos que se alinean con cualquiera de estos factores de poder –y especialmente con el Gobierno que es el factor de poder más poderoso en estos tiempos- hay éticas diferentes, formas de entender la profesión y la vida claramente distintas…”
¿Puede un periodista informado, que trabaja para el grupo Clarín, escribir sin faltar a la verdad que “…el gobierno es el factor de poder más poderoso en estos tiempos…”? Cuando todos sabemos que desde que ese grupo se hizo socio y beneficiario de la dictadura genocida, tiene una connivencia con jueces que avalaron el genocidio y le sacan resoluciones a medida. Cuando todos sabemos cómo han condicionado a los gobiernos desde que recuperamos la democracia hasta Mayo de 2003. Cuando los mismos directivos que le pagan el sueldo propalaron aquello de “no hay gobierno que resista cuatro tapas de Clarín en contra”. Cuando se dan el lujo de no respetar las leyes, ni los fallos judiciales adversos. Cuando se atreven a realizar operaciones contra un Juez de la Suprema Corte de justicia.
En lo que sí tiene razón es en que “…hay éticas diferentes, formas de entender la profesión y la vida claramente distintas…”
Es verdad hay muchos periodistas que respetan esa ética (por ejemplo V. H. Morales, Eduardo Anguita, Roberto Caballero, Hernán Brienza, Daniel Tognetti, por nombrar algunos) Pero no es tu caso, aún cuando subliminalmente esperas que los que te leemos, creamos que hablas de tu “ética”.
¿Cual es la ética de quien defiende a un conglomerado que llegó a ser hegemónico ocultando violaciones, muertes, secuestros, torturas, robos de bebés, asesinatos de madres que acababan de dar a luz?
Ya sólo con estas líneas basta para conocer su catadura moral.
Cebado en su propia construcción de la realidad y creyendo que ataca al gobierno y a quienes sostienen este proyecto desde distintos sectores, pero en especial con los periodistas (porque desnudan qué intereses defiende TNembaum) nos da pistas de cómo funciona el Cártel mafioso para el que trabaja. Cuando escribe. “Insisto: no es nada novedoso. Así funciona el poder en todos los lugares, en todos los tiempos. Lo novedoso es que quienes operan de esta manera, pretendan que no se vea lo que hacen”.
Esto fue así hasta que se encontraron con un gobierno que no cedió a sus presiones. Pero la máscara se les cayó de manera definitiva con la sanción de la Ley de Medios de la Democracia y con la aparición del programa “6,7,8”. Por eso atacan a los periodistas que trabajan ahí, y a quienes los ponen en evidencia.
Más adelante hay un párrafo que los define. Tanto a TNembaum, como a los que optaron “por el más débil” y al elenco estable del Cártel Clarín. Dice así:
“Por otra parte, el periodista oficial es una especie que siempre existió y existirá, tiene un poder de adaptación que sorprendería a Darwin y su estudio de las especies.”
Nunca leí o escuché una descripción más acertada de los “periodistas independientes” que son oficialistas del Cártel Clarín.
Después pretende engañar, una vez más al lector desprevenido, cuando menciona “…más allá del bombardeo en contra del periodismo…” como si criticar a ciertos periodistas por defender intereses que van en contra de la búsqueda de la verdad, ocultando hechos aberrantes de quienes le pagan el sueldo, fuera atacara todo el periodismo.
En fin.
Como menciona en el título de su nota “La cuestión de las especies”, digo que sí. Hay especies de cipayos y colonizados y hay especies de buena gente. Sean periodistas o no.
Daniel Mojica
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