REFLEXIONES DE UN ARGENTINO PERONISTA SOBRE UNA NOTA MUY COMENTADA
Argentina
By IAN MOUNT
Published: September 1, 2011
El periodista Ian Mount, del prestigioso periódico norteamericano, luego de hacer una enumeración no exhaustiva de las medidas que le sirvieron a nuestra patria para salir del infierno al que nos habían condenado las políticas del FMI, le recomienda al presidente Barak Obama, a seguir el ejemplo argentino.
“ARGENTINA puede parecer uno de los últimos países en la tierra para ofrecer lecciones para tratar el malestareconómico.”
“…la Argentina todavía ofrece valiosas lecciones. Por un lado, la extrema reducción de costos durante un período de estancamiento económico sólo inhiben el crecimiento. Y el gasto público para promover la industria local, pro-empleo de programas de infraestructura y las prestaciones por desempleo no se convierte un país en una especie de parodia Soviética. Se pone el dinero en los bolsillos de los ciudadanos comunes y corrientes, que luego pasan y estimular la economía.”
“Washington haría bien en prestar atención.”
Esta es una apretada síntesis de la nota mencionada.
Mi interés no es hacer un análisis económico al respecto. Sino brindar una mirada política desde la subjetiva posición que denota el título de estas líneas que expongo.
Tampoco estoy en condiciones de juzgar las intenciones del periodista que escribe la nota.
Mencionadas estas salvedades, van mis reflexiones.
Si bien es cierto que el proyecto nacional, popular y soberano que comienza en Mayo de 2003 bajo la presidencia de Néstor Kirchner y que desde el 2007 conduce la Presidenta Cristina
En primer lugar, una diferencia sustancial, es la esencia de ambos pueblos. Así como la memoria de los mejores momentos vividos y la recuperación de los mismos para recrearlos en esta nueva etapa histórica.
Otra importante diferencia, es que Néstor Kirchner primero y Cristina Fernández luego, decidieron construir políticamente, dejando de lado a (esto es sin seguir los mandatos de) las corporaciones patronales económicas, financieras y mediáticas que se apropiaron del sentido y la agenda democrática, desde que recuperamos la democracia en 1983.
Me pregunto en voz alta ¿está en condiciones el presidente de los EE. UU. de enfrentarse con esas corporaciones que desde 1945 fijan las reglas no sólo de la nación del norte sino de gran parte del planeta?
En caso de que sí lo estuviera ¿está el pueblo conciente de lo que significaría esa contienda? Y si fuera así ¿lo aceptaría?
Porque una nación que crece, se desarrolla y fomenta el consumo vacuo en base a las guerras en las que se embarca para sostener su industria bélica y su poderío militar, y tiene un pueblo que apoya esa política, no me imagino que pueda aceptar una serie de medidas siquiera similares a las adoptadas en la Argentina.
En lo personal, me parece que la nota del periodista Ian Mount, es una manera de acorralar al presidente de su país, en la certeza de que es muy difícil que un presidente, pueda cambiar la matriz imperial y de dominación que ha signado a ese país desde 1945.
En todo caso, si este o algún otro presidente de la nación del norte, es capaz de sortear las trampas que el capitalismo trae en su misma esencia, y mejora la situación económica del país ¿acaso dejará de invertir en armamento más que el resto de las naciones juntas? ¿acaso por eso habrá saciado su sed de imponer su voluntad a lo largo del planeta, arrasando pueblos con ese poderío bélico que se renueva periódicamente?
Hechos, que el pueblo en su conjunto no parece cuestionar, en tanto esté en condiciones de consumir, todo aquello que el sistema le proponga.
A modo de conclusión, digo, está bueno que nos elogien y hasta que reconozcan los logros de las medidas que nos han hecho recuperar el trabajo y la autoestima.
Pero tenemos que saber que esos mismos que hoy nos elogian desde esas páginas, tal vez para presionar a su poder ejecutivo, no dudarían un momento en aprobar una aventura bélica contra nosotros. Así como han aprobado cada una de las guerras genocidas que han llevado adelante en toda su historia.
Daniel Mojica
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