TEORIA DE CONJUNTO.
EL INTERES SOCIAL O LOS INTERESES DE GRUPO.
Vivimos en un mundo en el que está implosionando la visión individualista de la realidad. Se cae el paradigma de que los muchos que tienen poco paguen por los pocos que tienen mucho.
El “anarco capitalismo financiero” que con claridad definió y caracterizó nuestra presidenta, en tanto ha quedado a la vista de todos quienes quieran verlo, está agotando sus últimos zarpazos. Esto no quiere decir que en el corto plazo, veamos su fin.
Pero que haya quedado al desnudo la estrategia de sometimiento, saqueo y masacre a los pueblos que ponen en su mira, ya es un avance.
Los imperios, no se desmoronan con la velocidad que los pueblos sometidos necesitan. Esto no impide que los pueblos, mediante sus gobiernos elegidos democráticamente, se agrupen y conformen espacios en los que juntos elaboren estrategias para terminar con esa dominación. Por ejemplo, la UNASUR.
Este espacio, la UNASUR, está conformado por varios países de nuestra América, cuyos gobiernos, coinciden en la estrategia que llevan adelante. A pesar de las diferencias ideológicas de algunos integrantes entre si. Pero el interés del conjunto, es prioritario.
Es sabido que una de las estrategias que llevan adelante los imperios, para dominar, se resume en el concepto “dividir para reinar”. Precepto que a lo largo de la historia de la humanidad le ha dado buenos resultados.
Ese concepto ha sido implementado hacia adentro de cada uno de los países a someter, y ha sido vehiculizado por los grandes medios hegemónicos, sus comunicadores, periodistas independientes y tecnócratas del conocimiento.
Un ejemplo reciente, lo podemos observar con nitidez en nuestra realidad. Cuando surge un gobierno que decide no someterse a los designios de las corporaciones (que han direccionado las políticas gubernamentales desde que recuperamos la democracia) es atacado desde todos los flancos que defienden el sometimiento colonizado, disfrazado de “independiente”.
Este cuadro de situación se visualiza con claridad en lo que fue la estrategia de “ablandamiento ciudadano” para aceptar las privatizaciones como panacea salvadora. Cuyas nefastas consecuencias, aún no nos hemos sacado de encima todavía.
El caso de Aerolíneas Argentinas es emblemático por varios motivos. Económicos, simbólicos, culturales, geopolíticos.
Por eso, no es casual la embestida, disfrazada de reclamos sindicales, por personeros que avalaron la entrega del patrimonio nacional, y que responden a personajes que anunciaban que la solución a los problemas del país era “que dejemos de robar por dos años”.
¿Qué es lo que se juega en esta embestida?
Nada más y nada menos que la autoridad del Estado, encarnado por la Presidenta elegida por más del 54% de los votos.
Lo que está en cuestión, como decíamos en vísperas de las elecciones generales, son los dos modelos de país.
Un modelo, representado por el gobierno nacional, inclusivo, integrador, defensor del empleo y los derechos de las mayorías. Un gobierno que se asume como no neutral, y que estará junto a cada trabajador y del lado de los que menos tienen.
Un gobierno que insiste, desde cada uno de sus actos de gobierno y lo reafirma en cada uno de sus discursos, que gobierna para los 40 millones de argentinos y que no va a ceder a los intereses de sector.
El otro modelo, es el que fracasó en 2001 y que el 23/10 fue derrotado en la urnas. Es el modelo de país para pocos, donde las corporaciones toman las decisiones, y los gobernantes, son meros ejecutores de políticas ajenas a las necesidades del pueblo.
Hoy, esos dos modelos se manifiestan de manera clara y contundente en el conflicto que han desatado en Aerolíneas Argentinas, quienes no aceptan que el Estado (que somos todos y elegimos con el 54% de los votos a Cristina Fernández de Kirchner) fije las reglas de juego en esta empresa que se recuperó para la Nación.
Precisamente Aerolíneas, es la metáfora de lo que pretenden para la Nación.
Compatriotas, tengamos claro que ningún interés de grupo o sector puede ni debe estar por encima del interés general.
Ese interés general, el de los 40 millones de argentinos, es el que defiende Cristina Fernández de Kirchner. A quien volvimos a elegir como nuestra Presidenta.
Por eso la votamos el 54% de los argentinos.
Por esto, vamos a defender a nuestra línea de bandera. De la misma manera que vamos a defender a nuestra Presidenta.
Así, como AEROLÍNEAS SOMOS TODOS.
También CRISTINA SOMOS TODOS.
Daniel Mojica
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