MEZQUINA OPOSICION. PIGMEOS POR ELECCION
Es lamentable que la dirigencia opositora siga enceguecida y prive a la democracia de una mirada alternativa y superadora de las medidas del gobierno. En cambio siguen con sus diatribas de vuelo bajo. Sin darse cuenta que la sociedad, el pueblo, toma nota de esta falta de grandeza. De la carencia de propuestas. La gran mayoría de la “clase opositora” sigue presa de la dinámica que el Cártel Clarín y sus comunicadores habituales le imponen desde sus titulares, micrófonos y cámaras de TV.
Parecen comportarse como los integrantes de la casa del “gran hermano”. Donde, si no responden a las expectativas y mandatos de la corporación mediática serán “nominados” para castigarlos desde sus hegemónicos medios, o expulsarlos de los mismos.
A esta altura de las circunstancias nadie puede dudar del encubrimiento que realiza el Cártel Clarín al desgobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Consecuencia de la sociedad de negocios que los une, amen de la afinidad ideológica de clase.
Es hora que la dirigencia en general, de cada uno de los sectores representativos de la sociedad, asuma que la Argentina ha cambiado. Ya no somos el país cuyos gobiernos seguían las directivas de las corporaciones económicas, financieras y mediáticas.
Cuando se viven épocas de cambio, los métodos de abordaje y resolución de conflictos, cambian en sintonía. Si esto no sucede, se choca de frente con la realidad.
Esto ha quedado plenamente demostrado en las últimas elecciones presidenciales.
La sociedad, el pueblo ha tomado nota de los positivos cambios producidos. Esto no quiere decir, que no tengamos claro, lo que aún falta por realizar.
Lo que sí tenemos claro, es que no aparece en el horizonte político, una alternativa razonable, creíble, confiable que sostenga las medidas positivas aprobadas por la inmensa mayoría, y tenga propuestas para, sin modificar el rumbo aprobado y probado, mejore o proponga medidas para lo que todos sabemos que falta.
Porque como sociedad, ya sabemos qué sucede cuando gobiernan las corporaciones. Hacia atrás no queremos volver.
Si uno mira el horizonte dirigencial ¿qué observamos?
Dirigentes que fueron funcionarios que avalaron recortes de salarios y jubilaciones, otros que consintieron el avasallamiento de los derechos laborales (Ej. “Ley Banelco”), otros que forman parte de la cruzada apocalíptica de cierta pitonisa alucinada, están los de la banda cuya solución anunciada fue “dejar de robar” por un tiempo, del mismo lado están los desestabilizadores profesionales que comenzaron un nuevo ensayo en Posadas, Misiones. O un dirigente, hoy diputado que no termina de aclarar la incompatibilidad de su cargo con el hecho de ser dueño de medios de difusión. También existe el PRO con sus patrullas perdidas, mezcla de neoliberalismo y derechas varias, cuyo máximo dirigente aún no asumió su responsabilidad como Jefe de Gobierno, y va por el segundo mandato.
En fin. Los que apoyamos este proyecto nacional, popular y revolucionario por convicción, no tenemos más contradicciones que las propias de todo proyecto de cambio. Pero con plena confianza en la conducción estratégica de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Los que adhieren por otras razones, sabrán valorar la realidad, los hechos cotidianos, lo que hay en la otra vereda. Tengamos presente siempre, cómo y dónde estábamos hace diez años.
No hay motivos para dudar de la conducción de este proyecto nacional.
Tengamos en cuenta, que tenemos que organizarnos, para que no nos vuelvan a arrebatar el futuro.
Daniel Mojica
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