MILITANCIA JUVENIL. LA INCOMODIDAD DEL SISTEMA
Está comprobado que ningún sistema se suicida. Lo verificamos cada vez que asume un gobierno que defiende los intereses de las mayorías. Más tarde o más temprano se entrelazan los oscuros mecanismos para derrocarlo, siempre que no acepte los condicionamientos que las corporaciones y grupos de poder le imponen para garantizar sus privilegios.
Hay ejemplos de gobiernos domesticados. Los que se sucedieron desde que recuperamos la democracia en 1983 hasta Mayo de 2003.
Para graficar los derrocamientos, la historia recuerda los golpes con su nefasta cronología de proscripciones, fusilamientos, torturas, violaciones, saqueos, desapariciones, robo de bebés.
Es importante resaltar y rescatar que cada violación de la voluntad popular, porque no otra cosa es el derrocamiento de un gobierno democrático, dio paso a la resistencia contra las dictaduras.
Esa resistencia, protagonizada por sectores del pueblo, trabajadores, estudiantes, profesionales, artistas, siempre estuvo integrada por una gran cantidad de jóvenes.
Es que la juventud es como un antídoto natural contra el autoritarismo, la uniformidad, el adocenamiento, la domesticación.
Por eso, el sistema de poder, por un lado pretende integrar a la juventud al sistema por medio del consumismo, lo que a su vez genera una discriminación dentro de esa misma franja de edad: los que pueden acceder a las marcas de consumo que publicitan y los que no. Entonces, a los que no, el mismo sistema y por los mismos medios los estigmatiza (delincuentes, drogadictos, inadaptados, subversivos).
Este último calificativo, acuñado por la genocida dictadura cívica, militar y mediática, era sinónimo de muerte.
Hoy asistimos a una nueva operación de demonización de la participación juvenil en política. Instrumentada por los mismos medios que fueron socios y beneficiarios de los genocidas, cuyos crímenes ocultaron prolijamente y con una vocación temeraria.
DISGRESION PARA PONER EN CONTEXTO HISTORICO.
La militancia juvenil de la década del 70 no estaba en su totalidad enrolada en la lucha armada, esta, era protagonizada por el aparatismo militar de la cúpula dirigencial de montoneros, y algunos referentes de las organizaciones de base y territoriales del peronismo revolucionario o de la tendencia (JP, JTP, Agrupación Evita, UES) la gran mayoría, éramos militantes en el barrio, en los lugares de trabajo, de estudio, con una imperiosa necesidad de cambiar la realidad, para transformarla en más justa, libre y soberana.
Pero el sistema de poder (corporaciones empresarias, financieras, básicamente civiles) mediante el brazo armado de las fuerzas militares y de seguridad quiso dejar un mensaje contundente: nosotros somos el poder y lo defendemos de esta manera (asesinando, torturando, violando, robando criaturas) tomen nota de lo que les espera si se oponen.
Hoy, ese mismo sistema de poder, encarnado en el Cártel mediático del grupo Clarín, su socio “La Nación” y las repetidoras nacionales busca estigmatizar a la militancia juvenil. Para eso trata de equipararlas con aquel aparatismo. Saben que no tienen ningún punto de comparación. Que están mintiendo descaradamente. No les importa en lo más mínimo.
Sólo buscan defender sus privilegios y desestabilizar al gobierno nacional.
¿Por qué el blanco es la militancia juvenil y los funcionarios que la representan?
Porque serán los futuros dirigentes que llevarán adelante este proyecto nacional, popular y democrático más allá del mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Porque saben que cuando hay convicciones, no hay presiones, extorsiones, condicionamientos y operaciones mediáticas que valgan.
Por eso mienten. Por eso tergiversan. Por eso pretenden inocular miedo en la sociedad. Porque sus oscuros negocios y alianzas manchadas de sangre han salido a la luz y la justicia llegará. Antes o después.
Son como la orquesta del “Titanic”.
Pero esta juventud, escucha otra música.
La militancia surgida a partir de Mayo de 2003, toma las banderas de aquella militancia. Así como la gloriosa JP de los 70 recogió lo mejor de la resistencia peronista que llenó las paredes con el “Luche y vuelve”.
Cada época tiene su propia música, que la juventud militante la interpreta con sus propios instrumentos. Pero la letra viene escrita desde el fondo de nuestra historia: LIBERACION NACIONAL.
Daniel Mojica
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